Palabra de Fútbol

Wednesday, April 26, 2006

Mauricio Israel y todo lo que no queremos ser

A veces, por las mañanas, mi padre suele prender el televisor y la radio, para despertarse junto a la ciudad y escuchar la crónica roja y los posibles encuentros deportivos que puedan sobrevenir durante el día. Deben ser como las siete y diez minutos cuando, a veces, se siente una voz de tono desagradable que parece provenir del mismísmo inframundo. Ya se de antemano que se trata de ese tipo al que no he podido soportar en ningún relato futbolístico. Si bien, dentro del mundo del fútbol, una de las gracias es poder hablar sin nunca haber pisado una cancha, Mauricio Israel sobrepasa todos los excesos. No solamente es desagradable cuando comenta fútbol, sino cuando intenta dictar sus charlas morales, sus discursos que van moldeando una pauta ética de las personas que ven el televisor. ¡Dios mío, cuanto me duele la voz de Mauricio Israel! ¿Qué representa Mauricio Israel para nosotros? Es evidente, representa todo lo que no queremos ser. El Chile que no queremos. Los individuos egoístas y cerrados, incapaces de comprender que pasa a sus alrededores. En fin, Israel se constituye en uno de los grandes "generadores de miseria" de este país, a la par del canal en que trabaja, Megavisión. Esta institución, representa, a su vez, los residuos de un país retrogrado, acéfalo. Llamo a nunca más en la vida prender ese canal, a menos que haya partido importante. En estos casos, oajalá puedan poner el televisor en silencio. Debemos decir NO a los generadores de miseria.

Mauricio Israel y todo lo que no queremos ser

Sunday, April 23, 2006

En la previa



Para el hermético

En la previa, sólo un torpe profesa su optimismo,
El equipo no suma, no gana y gracias a dios que no se resta puntaje por engorrosos papelones ante mancos agrandados.
Periodistas jóvenes o seniles, evalúan factibilidades y condiciones,
recuerdan momentos alegres, y sus ojos se iluminan bajo la ingenua esperanza de un resultado sorpresivo y victorioso,
y resulta, como siempre, que todo anda bien hasta el inicio del partido,
y resulta, como siempre, que el entrenador paró una bosta de equipo,
y resulta, como siempre, qué trata de enmendar sus payasadas metiendo a la cancha a jóvenes talentos, que juegan bien sólo ante sus parientes de primer grado, o en contra de nahuatls ebrios de tequila.
El técnico inepto con ojos tristes y caídos, es testigo de la derrota y del paupérrimo juego con una mirada idiota y resignada,
¡A ese chuchesumadre hay meterlo preso!
Su desdicha, lejos está de la desgracia, al salir como un perdedor, cobrará cien millones, y espera con ansias el despido;
despido fin de las pesadillas, inicio de los sueños; casas, viajes, yates, avionetas, animales, rodeos, equitación, polo, golf y tenis; hobbies todos, que sueña practicar acompañado de acaudalados gordos incapacitados para todo, menos para la perversión, la cocaína y el dinero.
Suena el pitazo final, y queda latente una odiosa y conocida escena; periodistas indignados criticando por no más de veinticuatro horas,
porque más temprano que tarde, como hoy, vuelven a llenarse la boca con el detestable “vamos que se puede”, ¡gracias a dios que cada vez me importa menos la suerte de mi seleccionado!.

Hoy martes estamos concentrados para el partido de mitad de semana,
cada vez falta menos,
lo de mañana es de vida o muerte.
Compré cervezas y embutidos para amenizar la esperada jornada.

Andrés Vidal.

Friday, April 21, 2006

La Batalla de Santiago



Batalla de Santiago, es el nombre que se ha dado al partido disputado entre las selecciones de Chile e Italia, el 2 de junio de 1962 en el Estadio Nacional de Santiago, Chile, durante la Copa Mundial de Fútbol de 1962.

Antecedentes
Chile fue electo para ser sede de la Copa Mundial de Fútbol de 1962 a pesar de diversas deficiencias en infraestructura, que se agudizaron por la tragedia del
terremoto de Valdivia de 1960. Debido a estas razones, la organización del torneo fue extremadamente austera en comparación a los eventos realizados previamente en Suiza y Suecia.
El sorteo del Mundial había determinado que el Grupo 2 estaría compuesto por la selección local,
Italia, Suiza y Alemania. El resultado fue considerado adverso por los sudamericanos ya que tendrían que enfrentarse a tres selecciones europeas importantes, dos de las cuales habían obtenido el campeonato mundial. A esto se sumaba el hecho que Chile no registraba una gran participación desde la Copa Mundial de Fútbol de 1930. En el primer partido del torneo, Chile logró derrotar al combinado helvético por 3:1, mientras itálicos y germanos habían empatado 0:0.

Los periodistas italianos
Durante la candidatura de Chile para celebrar el Mundial, los periodistas italianos Antonio Ghirelli y Corrado Pizzinelli escribieron una nota para el periódico "Il Resto del Carlino" hablando sobre la precaria situación de
Santiago de Chile. El titular era "Santiago, el confín del mundo: La infinita tristeza de la capital chilena."
"Desde que estoy en Chile tengo la curiosa sensación de llevar el mundo sobre mis espaldas. Se le siente encima igual que la tristeza de los habitantes, y ello provoca un malestar curioso que se agrava por los enormes saltos de temperatura. [...] La sangre se torna torpe y parece faltar en las venas, y después de permanecer algún tiempo en Chile uno se siente extraño a todo y a todos. El virus de la lejanía más abandonada, más solitaria, más anónima, se mete en el ánimo de todos y creo que ello incidirá en el estado anímico de los atletas.En vano los chilenos, como para consolar a los italianos, dicen que Santiago se parece a Turín [...] Y ello tal vez para tratar de hacer olvidar la realidad de ésta capital, que es el símbolo triste de uno de los países subdesarrollados del mundo y afligido por todos los males posibles: desnutrición, prostitución, analfabetismo, alcoholismo, miseria... Bajo éstos aspectos Chile es terrible y Santiago su más doliente expresión, tan doliente que pierde en ello sus características de ciudad anónima. (Extracto del texto de "Il Resto del Carlino")
La nota provocó indignación en los medios de comunicación nacional. Posteriormente fue reproducida por El Mercurio días antes del partido entre ambos seleccionados, mientras El Clarín tituló «Guerra Mundial», enardeciendo el ambiente en contra del conjunto visitante.
Nosotros también vimos la pobreza en el sur de Italia (durante la gira de la selección por Europa), pero preferimos hablar de las maravillas de
Venecia y Florencia. (Editorial de Revista Estadio, 1962)

Partido



Enfrentamiento en la cancha
Conscientes de que el partido sería duro por la guerra de declaraciones previas, los jugadores de Italia entraron a la cancha lanzando ramos de
claveles blancos a las 66.000 personas presentes en el Estadio Nacional de Chile como forma de demostrar que venían en un ambiente de paz. Como respuesta, la multitud provocó una estruendosa silbatina y las pifias llenaron el recinto. Se dice que el jugador italiano de origen argentino Omar Sivori, consciente de la situación, se habría negado a participar en la formación inicial.
El partido comenzó e inmediatamente ambos equipos comenzaron a presionar violentamente a sus contrincantes y los golpes comenzaron a aparecer rápidamente. La primera falta fue ocasionada a los 12 segundos de juego y a los siete minutos, un violento golpe del delantero
Giorgio Ferrini al chileno Honorino Landa provocó la primera expulsión por parte del árbitro inglés Ken Aston. Ferrini se negó a abandonar la cancha, lo que motivó la intervención de personal de Carabineros de Chile, procediendo a su arresto.
Sin embargo, bastarían minutos para que fuera el mismo Landa el que cometiera una falta notoria, siendo perdonado por el árbitro. El partido comenzaría a desarrollarse lentamente debido a que continuamente se detenía producto de una falta que provocaba discusiones y disputas entre los jugadores.
En el minuto 38 del primer tiempo se produciría el enfrentamiento más fuerte de la jornada.
Leonel Sánchez avanza por el costado izquierdo de la cancha siendo marcado por Mario David, provocando la caída de Sánchez. Mientras el chileno está en el suelo, David golpea el balón y, de paso, a Sánchez lo que provoca su furia. Leonel Sánchez (hijo del ex-campeón chileno de boxeo, Juan Sánchez) se levanta y propina un golpe con su puño izquierdo a David, pero no es sancionado por el juez Aston. Se dice que el británico le habría consultado al juez de línea Fernando Buergo y que el mexicano lo habría negado por una suerte de camaradería latinoamericana. Minutos después, David se vengaría y le propinaría una patada a Sánchez, siendo inmediatamente expulsado por Aston.
Al regresar al segundo tiempo, Chile mejora su juego y a los 74', un tiro de Sánchez rebota en el arquero
Carlo Mattrel que no logra despejar y finalmente anota Jaime Ramírez. Un minuto después, un tiro de Landa es anulado por estar fuera de juego. A los 88', un tiro de Jorge Toro a más de 30 metros de distancia se inserta en el arco italiano decretando el 2:0. Una nueva falta contra Landa permite al árbitro Aston terminar con el partido a los 90' exactos. El estadio estalla de alegría pues Chile aseguraba su clasificación a la segunda ronda.

Efectos
El partido fue considerado rápidamente como uno de los más violentos en la historia del fútbol. El comentarista inglés
David Coleman hizo la presentación de este partido cuando fue transmitido en la televisión británica. Dicha introducción ha sido considerada como una de las mejores de dicho locutor.
"Buenas tardes. El juego que están por presenciar es la exhibición de fútbol más estúpida, espantosa, desagradable y vergonzosa, posiblemente, en la historia de este deporte". (David Coleman,
1962)
El árbitro Aston es criticado internacionalmente por favorecer a los chilenos que son tratados de caníbales por la prensa itálica. Aston reconoció posteriormente que tuvo un mal desempeño durante el partido, pero se excusó diciendo: "No estaba arbitrando un partido de fútbol, estaba actuando como un juez en un conflicto militar". Además, posteriormente aseguraría que pensó en suspender el evento, pero temió que el estadio provocara un motín. La FIFA, considerando la situación, ordenó a sus árbitros que Chile no recibiera ningún tipo de favor por su localía y que aplicaran mano dura en los siguientes encuentros.
Tras el partido, Chile había obtenido la clasificación inmediata a segunda ronda. Posteriormente, Alemania Occidental derrotaría a los locales y eliminaría a Italia de la competencia, a pesar de que éstos derrotaron a Suiza por 3:1. Chile avanzaría hasta semifinales siendo derrotados por 4:2 ante
Brasil, que a la postre sería el campeón. Así, la nación austral obtuvo el tercer lugar en el campeonato, la mejor actuación en una competencia de este deporte en su historia.

Bibliografía
Freddi, Chris: Complete Book of the World Cup. 1998, Collins Willow/Harper Collins Publishers, Londres
ISBN 0002188317
Marín, Edgardo: La Roja de todos. 1985, Ed. Quimantú, Santiago de Chile.
Marín, Edgardo: Centenario: La historia total del fútbol chileno. 1995, Ed. Quimantú, Santiago de Chile.
Vera, Antonino: El fútbol en Chile. 1972, Ed. Quimantú, Santiago de Chile.
GRACIAS A WIKIPEDIA.ORG

El Fútbol y el sentido I

La palabra sentido puede tener varias acepciones. Así, por ejemplo, el sentido de una palabra puede entenderse como el significado de la misma. En otro término, sentido puede querer demostrar un vínculo, una conexión, una ligazón. Así, cuando hablamos del sentido de la vida, podemos querer explicitar nuestro vínculo a la religión o nuestra pertenencia a una familia o a la tierra. En una tercera acepción, sentido puede ser visto como la fuente, como el manantial de plenitud, desde el cual proviene la fuerza para desarrollar actividades, ya sea materiales o espirituales. Esta acepción genealógica parece ser aquella que logra en nosotros ese frenesí, ese asombro ante aquello de lo que no conocemos su causa concreta. A contrario sensu, la causalidad difusa de este goze, parece ser una condición necesaria para encontrar en algo un "verdadero sentido". El fútbol, desde una perspectiva amplia, parece encajar con las tres acepciones señaladas para la palabra "sentido". Sin embargo, ante una respuesta única, parece que hemos de quedarnos con la tercera. Por ello, la reafirmación de nuestro gusto por el fútbol se constituye en el elemento perfecto, en el requisito indispensable para poder continuar con este fanatismo ascendente, que con la edad parece convertirse en estupidez. Es ese mismo manantial de sentido, el fútbol mismo, el juego, el caos y la incertidumbre, el que a ratos nos provoca o nos incita a bordear el sinsentido. A ratos, por las noches, sobre todo antes de partidos importantes, suelo preguntarme por mi real gusto por el fútbol. Una pregunta recurrente, que parece enfrascarnos en el borde del sinsentido, que se canaliza, finalmente, en la pregunta práctica por el costo de oportunidad que significa ver un partido diario o incluso dos. Sin embargo, es en esta pregunta, es en la preguntabilidad, en donde comienza la pregunta por el sentido (Heidegger, citado por Holzapfel, en "A la búsqueda del sentido", Editorial Sudamericana).

Alberto Coddou Mc Manus.

Wednesday, April 19, 2006

El fútbol, y el entusiasmo por el juego y la bebida



“Este es el juego que siento y no pienso pararYo pongo el cuerpo hasta el finalEn una cancha o en un bar...”, Bersuit Vergarabat.


Después del deleite que nos ha producido el artículo anterior, llegó la hora de pasar revista de dos jugadores que derribaron la presunción de que los buenos jugadores no deben irse de copas o preocuparse de su afición por el juego.

Paul Merson: gran mediapunta inglés de finales de los ochenta, que jugó la mayor parte de su vida en el Arsenal de sus amores. Después de una estadía en un clínica de rehabilitación en Nottingham, el año ´97 es contratado por el Middlesborough, equipo al que devolvió el renombre que se merecía en las ligas europeas. Incluso, el año ´98, fue convocado para el mundial de Francia, en el que logró anotar un penal en la definición contra Argentina. Hoy, reparte su tiempo en un equipo de la Non-league (el nombre lo dice todo), administrado por su colega de farras Mark Cooper (vaya equipo) y su página de Internet, en la que vistosamente pueda verse en la portada una guía de los mejores pubs de Londres.

Tony Adams (en la foto): histórico capitán del Arsenal de Wenger, e incluso de la selección inglesa de Hoddle. Fue el autor de una de las grandes farras fuboleras junto a algunos seleccionados ingleses (de todos modos debe haber andado Gascoigne por ahí): el domingo después de perder la final de la Eurocopa ´96 en casa, entró a un pub para olvidar las penas. Salió el día martes, después de que su mujer dio aviso de que no aparecía. Hoy, trabaja en una clínica de rehabilitación.

Conclusión: el fútbol y la vida nocturna no son incompatibles. La idea no es terminar en una clínica, como este parsito, pero no debemos alarmarnos por el rendimiento futbolístico de aquellos que derrochan talento, tanto en la cancha como en el bar.

Monday, April 17, 2006

El fútbol, el entusiasmo y el juego.


A propósito de unos dichos del profesor Hernández.



“Jamás un golpe de dados abolirá el azar.”
(Stéphane Mallarmé)



Era un domingo anochecido, una tarde fría y mal iluminada. Sentado en mi cama con la televisión encendida, viendo y escuchando a los panelistas de “hora de hablar”, en especial las palabras que el profesor Hernández repetía una y otra vez, con el mismo ímpetu que lo hace una madre tejiendo un chaleco para su hijito muerto. Aquel domingo católica había derrotado en definición a penales a una U que había explotado en un desenfrenado segundo tiempo. La católica salía campeón del clausura, y la U dejaba en el lenguaje del viento un segundo tiempo que casi se trasformó en hazaña. Pero los dados dijeron otra cosa. Y el profesor Hernández abordó el tema con la imparcialidad que se refleja en los ojos de un científico del siglo XIX. Otros panelistas hablaban del repunte casi milagroso que una desordenada Universidad de Chile mostró en el segundo tiempo. Pero Hernández, tozudo como un borracho que quiere un último vaso, habló una y otra vez de la injusticia que hubiese significado la derrota de católica, y por ende, la obtención del titulo por parte de una Universidad de Chile producto sólo de un segundo tiempo. Claro, nadie puede rechazar aquella tesis del profesor. Sin embargo, fundar en la estadística un juego, creo, es una contradicción que no tiene lugar, si es que el juego aparece siendo como tal. Si reclamamos en nombre de la justicia los resultados finales, es decir, en una verdad abalada por los promedios innegables, estamos renegando del entusiasmo jovial que nos embarga cada tarde en el estadio. Hernández, y no sólo él por supuesto, busca una moral del juego, un sentido afincado en lo que debería ser que resta incertidumbre a cada elección que hace un jugador en la cancha, que si pasa el balón al instante de recibirlo, si intenta una jugada personal, si agarra o no al delantero que se va solo rumbo al arco, si responde el manotazo que le acaba de dar el defensa cuando el arbitro está desconcentrado, si festeja el gol que le acaba de hacer a su ex equipo, etc, etc, etc. Ejemplos de este tipo hay por montones. Y en la misma cotidianidad. Parejas intachables repartidas por la tierra húmeda víctimas de un huracán, proyectos de inminente final con resultados catastróficos. Cómo también acontecimientos casi fortuitos que cambian el curso de nuestra vida, como pude ser el milagro de un amor, los accidentes y la enfermedad. En este mismo sentido, R. L Stevenson escribió; “Cada segundo es un precipicio si se piensa en ellos; un precipicio de una milla de altura; lo bastante alto para destruir, si caemos, hasta nuestra última traza de humanidad.” Sin embargo Hernández busca no se donde justificar el juego en la justicia, en la verdad, en el bien que regula los sucesos aquí en la tierra. Busca, en otras palabras, fundar lo insondable del instante en una ordenación moral. Pero, si nos sentamos una fría tarde a ver un partido de fútbol, en un estadio repleto o con la atmósfera del vacío, sin saber de favoritismos, pronósticos y resultados, lo que quizás veamos será el despliegue del abismo del azar, de lo fortuito y des-fundado. Veremos las elecciones esparcidas por el campo no afirmándose en la justicia ni en nada parecido, sino sobre los finos lazos de la accidentalidad, de aquello otro que nos alimenta y nos ve sin ser visto. Veremos el juego y el entusiasmo de no saber el final, con la incertidumbre de no participar siquiera, como hincha, en las decisiones que traen los minutos de partido. Veremos la embriaguez de la pérdida de todas las certezas, de todas las ilusiones de justicia, verdad y bien. Un corner y un fallo del portero, y el resultado que escupe sorpresas. Una llamada de celular y un automóvil que da vueltas sobre un paradero donde esperaba micro un padre y su pequeña hija. Experimentaremos la incertidumbre de entrar a una manifestación del juego de la vida ( que dura 1 hora y treinta minutos) donde, entremedio de una serie de reglas preconcebidas, el resultado final se esconde de los ojos más perspicaces, donde el hincha, el jugador y/o el entrenador guardan el miedo silencioso de lo oscuro del abismo que no puede humanamente ser alumbrado, pero sobre el cual caminamos hasta toparnos con el abrazo súbito del agudo pitazo final, pitazo que en nuestra vida irrumpe en el instante más propio y más silencioso de la noche.

Luis Felipe Oyarzún Montes

Boban, el Historiador


Zvonimir Boban, gran jugador croata, otrora figura en el Ac Milan de Italia, quien deleitó a miles de hinchas en el estadio de San Siro, dedica su vida al estudio y enseñanza de la Historia. Si bien trabaja para un diario de su ciudad natal, y hace algunos comentarios en la televisión italaiana, Zvonimir ha dicho que su pasión máxima es la enseñanza de la historia en algún colegio público croata. Vaya jugador, considerando todos sus palmarés y triunfos a lo largo de su exitosa carrera.

Wednesday, April 12, 2006

Con homenaje a Carlos Gustavo de Luca parte "Palabra de Fútbol"


El homenaje a este guerrero, soldado en la Guerra de Las Malvinas durante el año 1982, parte la revista virtual "Palabra de Fútbol". Constituye esta un medio de expresión para todos aquellos que difieren de las notas puestas por los informantes de "Deportes de El Mercurio" o de otros diarios y periodistas que juran saber de fútbo. Nuestro interés no es lucrativo ni menos ostentar la verdad. Pero las cosas deben ser denunciadas, y esto es una guerra contra el periodismo deportivo mediocre. Especialmente criticamos a:
- Los relatores de Fox Sports, que sólo saben apreciar el talento y la garra de los futbolistas argentinos. Llegan a un nivel despreciable de nacionalismo barato. Sobre todo Niembro y compañía que sólo saben de Chile por sus carreteras y los grandes malls que se han abierto.
- Pablo Flam, por la cantidad de equivocaciones y por el poco interés que demuestra por el deporte y por la amistad y fraternidad que se genera en la gente del fútbol. Da la impresión de que nunca le hubiera gustado este deporte.
- Milton Millas, con su minuto ciudadano por las mañanas, en la radio Agricultura, donde habla de los problemas vecinales en la dehesa en vez de lo que ha sucedido el día anterior.
- A Mauricio Israel, por no respetar los códigos mínimos de convivencia.

En general, compartimos la línea editorial del canal T y C sports, de nacionalidad argentina, y queremos mucho a Palma, del CDF, excepto cuando se pone hablar de ética futbolística. Solabarrieta no nos desagrada en extremo, así como tampoco el bueno de Gaurello, excepto cuando se pone demasiado pesado.

En fin, esperamos manden sus aportes a "Palabra de Fútbol".