Palabra de Fútbol

Friday, June 30, 2006

la culpa


El equipo es eliminado por penales, caen las lágrimas y los abrazos de consuelo, mañana temprano sale el avión de vuelta, la próxima semana el mal ejecutante tomará mate junto a la nona, o se encontrará en playas paradisíacas, por al menos diez días. Pero, mientras se encuentre distendiéndose entre terceros, quizás baje el mentón, observe el suelo y así en altas velocidades repase el yerro, su mujer entonces se acercará y le dirá, qué pasa amor, no nada querida, responderá entonces, tratando de disimular el trago amargo de la culpa, aunque agudo y punzante, es, desde luego, llevadero.
Aunque inútil, inevitablemente pensará, “si quizás le hubiese dado recto y fuerte entonces…..” pero antes de terminar la frase, se ruborizará ante tan ingenuo examen, pues el evento ya está decidido.
Siempre nuestro héroe de la desdicha, tuvo ocurrencias parecidas, pues, cuando pequeño pasaba que al recibir un dinero modesto para almorzar en el colegio, su vista quedaba inundada entre tantas opciones: chocolates, galletas, gomitas, sándwiches, empanadas, chicles, pasteles de fábricas y artesanales, todo apetecía en cierto modo, las infinitas posibilidades abrumaban el ánimo del niño hambriento luego de las rutinarias lecciones de matemáticas y biología. La elección fue siempre sólo una, y así se almorzaba el infante algo disgustado, pues solía pensar que en cierta medida erró en su opción, que la barra de chocolate y la jalea, no era mejor que el sándwich de ave, en medio de esto suena el timbre y hay que volver a clases.
Palabra de fútbol

Andrés Vidal

Thursday, June 29, 2006

Amanda Paz


Ayer, justo después del tiro libre de Matías Fernández, que hundía a algunos en la más profunda decepción y a otros los encaramaba a las más alta gloria, vuelve la vida a devolvenos lo suyo. Y Bebeto, Romario y Mazinho lo sabían muy bien cuando disputaron ese partido frente a Holanda en Estados Unidos ´94. La hija de Bebeto había nacido hace muy poco, y los brasileños no podían más de felicidad. Después de esa celebración, comenzó una bella costumbre en casi todos los rincones del fútbol sudamericano. Los delanteros, mediocampistas y defensas comenzaban a menear sus brazos, como cantando una canción de cuna al hijo recién nacido. Lo acurrucaban entre sus brazos y todo el equipo junto comenzaba a reir, como olvidándose de la contingencia de los partidos, de la posibilidad de que después de esta celebración te encajen tres pepas al hilo. Por un segundo todos se van de ahí, y se centran en la esposa del jugador y el pequeño hijo en el hospital, viendo el partido y botando un par de lágrimas.

Amanda Paz nació ayer en la noche. Te queda todo el partido por jugar. No sólo por ser hija de un futbolista de barrio, sino por ser única, tal como cada gol que se anota y que se celebra con ese tradicional ritual comenzado por el maestro Bebeto.

Wednesday, June 28, 2006

La fatalidad, el juego y lo irreversible


"El querer hace libres; pero ¿cómo se llama aquello que mantiene todavía encadenado al libertador? ¨´Fu騴: así se llama el rechinar de dientes y la más solitaria tribulación de la voluntad". (Friedrich Nietzsche)

De pronto todo se trasforma, cae, pierde gusto y sentido. Se acaba. Un error, una decisión equivocada. Pero nada podía ser planificado. Las decisiones vienen de un lugar invisible, y se esfuman en lo irreversible de lo ya pasado. Un juego que se decide en lo incalculable de su inestabilidad, en lo espantoso de su venir que se resiste a un final. Los momentos pasan, las alegrías se cantan y se camina en secreto con el infortunio. Podríamos intentar casi con infantil ingenuidad tratar de corregir lo que ya está hecho. Caminar al lado de una sotanita y pedir misericordia para redimir mis actos pasados. Pero el niño muerto que atropellaste ya no puede volver a la vida. La tontera de un jugador que cuesta un partido no puede ser revertida. Fue mi responsabilidad y nada de nada puede quitarme ese peso de encima, el peso de ser lo que somos. El tiempo se acabó y el resultado ya está definido. No se puede querer para atrás. Negando lo irreversible podemos crear promesas ficticias, hacer de la vida sólo algo que quiere el propio hombre, su anhelo, sus esperanzas. Un error, faltando minutos, segundos, milésimas. Una dedición errónea, un mirar oblicuo, el rostro del final que rehusaba revelarse. Una mala elección, el dolor de la derrota, y el triste e inevitable regreso a lo incalculable. Los dioses quizás no nos tengan tanta estima, como aquellos que la dicen tener a su oculto favor.

luis felipe oyarzún montes

Tuesday, June 27, 2006

El juego, el monoteísmo y la huida de los dioses; una pequeña meditación acerca del dolor (para la señorita P.)


"¡Dios, fórmula de toda calumnia del más acá, de toda mentira del más allá! ¡En Dios, divinizada la nada, santificada la voluntad de nada!..." (Friedrich Nietzsche)

¿Cómo podríamos huir del dolor, rechazarlo violentamente, vengarnos de él, negarlo y perderlo de vista? Bueno, quizás dándole un sentido más allá de toda realidad, una justificación moral que valide todo nuestro caminar mortal y endeble. El dolor, dentro de un orden moral del mundo, no tiene cabida, salvo como testimonio de una verdad mas oculta que todas las verdades, una verdad oculta que ilumina los rostros sabios de un grupo engreído de creyentes que abalan su exclusividad en materia de virtud, luz y bien. “La vida es injusta, ¿cómo Dios (aquel ente supremo de difícil-fácil acceso) puede permitir eso, como puede aceptar que mi pequeñito hijo cayera por esa ladera, para descansar mal herido al costado de un riachuelo que se pierde de vista?.” Es un castigo, algo no se ha hecho bien, hemos actuado sin corresponder a un designio divino, a aquel sublime pero imperioso y maligno orden moral del mundo. Es, en otras palabras, una pena, en su doble y misteriosa acepción; dolor y castigo. ¿Y en el fútbol? Llorones los hay por todos lados, personillas morbosas y ridículas que gritan y maldicen al cielo por la suerte que el juego les ha deparado. Llorones, ridículamente infantiles, hermosamente ingenuos, que se vengan apuntando al juez de su “mal” cometido. “Nosotros, los inocentes, creemos que aquel hombre de negro (o amarillo, o rojo, dependiendo de los gustos y modas imperantes) es el culpable de nuestro fatal destino. ¡Nos hace sufrir, maldición!. Hay que juzgar-lo, condenar-lo, hacer que se arrepienta. Mi desgracia debe convertirse en su desgracia. El dolor que el azar nos dispone, rechazarlo, darle la espalada. El juego, la vida, no debe venir junto con eso. Y si es así, la apuntamos, la juzgamos, la condenamos. No tiene sentido, dirán aquellos hombrecillos de sotanas invisibles, que el juego contenga dolor. Un resentimiento tan infantil que quizás a algunos se le lleguen a humedecer sus ojos. ¿No se nos viene al recuerdo la fatalidad de la tragedia, aquella que afirma el dolor y se pone en disposición a los oscuro y tenebroso de lo Otro que lo humano, a los dioses? Aquella palabra alemana Leidenschaft, pasión, contiene a la vez leiden, padecer, enfermedad, sufrimiento. (incluso resuena en la palabra wissenschaft, ciencia, cosa que da infinitamente que pensar). Podemos maldecir y dar la espalda a la fatalidad, mas no por eso ella nos deja de observar sin ser vista. Los dioses se repliegan en un umbral desconocido. El resentimiento de algunos participantes del juego raya en la crueldad sin compasión, creando un solo Dios (o justicia, o bien, o luz, o virtud, o saber, etc) a su medida, a su necesidad de odio, denegando su pesada responsabilidad. Pero el juego una y otra vez los bofetea en su cara. Y lloran y lloran y lloran sin parar, y cuando la suerte les trae algún instante grosero de gloria, hablan de que al fin la voluntad divina les ha favorecido, la promesa incumplible se ha cumplido. Un espectáculo ingenuo, terrible y triste, pero inevitable.

luis felipe oyarzún montes

Sunday, June 25, 2006

(((X+Y+S)/2)x((T+I+2B)/4))+(V/2)-1.


Por JC

Primero, la aclaración: lo de arriba no es un error en la publicación de este artículo. Esta serie de dígitos y garabatos es ni más ni menos que la "fórmula del penal perfecto''; o al menos, eso es lo que aseguran los científicos que la descubrieron, tras arduos meses de trabajo e investigación.

La noticia fue publicada -casi con alivio- por la mayoría de los diarios británicos, país donde se llevó a cabo el estudio, por parte de unos matemáticos de la Universidad John Moores, de Liverpool. Y tan seguros están sus autores de la efectividad y certeza de los resultados de su trabajo, que se los enviaron inmediatamente a Sven-Goran Eriksson, el entrenador de la Selección Inglesa de fútbol.

Los factores incluidos en los cálculos incluyen el número de pasos, el tiempo para patear el balón, la velocidad del tiro y la posición del pie al tocar el balón. Según esta idílica fórmula, la velocidad ideal para el balón es de 25 a 29 metros por segundo y el número ideal de pasos antes de patear es de cuatro a seis.

Por otro lado, afirma que una carrera de 10 metros, "a la Roberto Carlos", es la menos conveniente. "Recomendamos al equipo inglés que realice muchas prácticas considerando estas directrices, y quizás podamos terminar la maldición",dijo David Lewis, parte del grupo de científicos que desarrolló la complicada ecuación, el cual concluyó que el "penal perfecto" fue realizado por Alan Shearer contra Argentina en la segunda ronda del Mundial de Fútbol de 1998 (un partido que Inglaterra perdió por penales).

La elaboración y conclusiones de este estudio, así como sus consecuencias, revelan a su vez otra serie de "certezas científicas" que vale la pena considerar, de lo micro a lo macro:

1. Los ingleses están asustados y no confían en su selección.
2. Las pelotas detenidas -tal como apuntaron hoy los cada vez más ácidos comentaristas de TVN- es el único recurso efectivo que le va quedando a la mediocre escuadra británica de fútbol.
3. Cada vez es mayor la brecha que separa el paladar del hincha de los intereses de quienes controlan el balompié internacional, preocupados estos últimos en desarrollar la más avanzada tecnología, que más tarde ocuparán los jugadores para aguantar con uñas y dientes el 1-0 (De seguro esta innovadora fórmula los tiene revolucionados).
4. Y por último, Eriksson es sin duda el entrenador más ratón del Mundial, y un elocuente ejemplo de el rumbo que están tomando gran parte de los equipos del mundo.

Esta último punto (y en parte también los anteriores) es agregado antojadizamente y a título personal por mi persona, un espectador asqueado de la pobreza y mezquindad del fútbol actual, manifestado en el presente Mundial y en noticias como ésta, que dejan entrever las directrices que está tomando el otrora "deporte más hermoso del mundo". Es cosa de aguzar los oídos: las pifias diarias en los reductos alemanes no son casuales...

Friday, June 23, 2006

Los Hermanos Robledo: Segunda Parte


Por Juan Cassavetes

Si la vida de Jorge Robledo representa uno de los capítulos más especiales de la historia del balompié criollo, la de su hermano Eduardo, sin lugar a dudas, traspasa los límites de lo meramente futbolístico para enmarcarse dentro de la galería de los grandes misterios nacionales. Desaparecido del mapa desde 1970, el menor de los Robledo dejó este mundo cual Teniente Bello, llevándose consigo las respuestas acerca de su misteriosa existencia, plagada de interrogantes referentes a su alejamiento del fútbol, sus ocupaciones posteriores a lo largo del mundo y, por sobre todo, la gran pregunta que permanece latente: ¿Quién lo mató?

Nacido en una oficina salitrera de Iquique en 1928, Eduardo dejó el país siendo sólo un chiquillo de dos años, con destino a Inglaterra. Ahí vivía su madre, y ahí también vivió sus años más gloriosos en el fútbol (ver nota anterior). Según las crónicas deportivas, "Ted" –como se le conocía en tierras británicas- nunca tuvo el talento ni la fama de su hermano Jorge. De hecho, fue gracias a éste que pudo defender la camiseta del Newcastle durante dos temporadas, ya que los ejecutivos del club, interesados en los goles de su hermano Jorge, lo contrataron sin nunca haberlo visto jugar.

Siempre a la sombra de "George", Eduardo pese a todo aún es recordado en los anales de la institución, donde jugaba como mediocampista. Desde esa posición festejó el título de liga de 1952. Al año siguiente, ya de vuelta en Chile, se coronó campeón defendiendo a Colo Colo y fue seleccionado chileno en Suiza 1954. Ese año, el Municipal de Iquique le rindió a los Robledo un multitudinario homenaje.

Es entonces cuando comienza la segunda parte de la vida de Eduardo Robledo, ya alejado de las canchas, donde siempre fue eclipsado por Jorge. De aquí en adelante comienza también el período más misterioso de su existencia, del cual se ha especulado en demasía, con rumores y suposiciones inciertas referentes a su matrimonio, sus últimos días y su kafkiana desaparición, por decirlo así.

Si ya eran poco claros los antecedentes acerca de la vida de Jorge post-fútbol, lo que se decía y conjeturaba sobre Ted alcanzaba ribetes de película de James Bond. De hecho, la “historia oficial’’ rezaba que Eduardo había sido asesinado en un barco, en aguas africanas. La razón: su condición de agente de inteligencia de la corona británica. El asunto, para la gran mayoría, tenía que ver con algo podrido, como drogas, contrabando, o algo por el estilo. No menos sombrías eran otras versiones, que atribuían su desaparición al alcohol, la jarana o incluso a una bella bailarina de flamenco.

Lo cierto –si es que se pueden establecer certezas en esta historia- es que estos datos no son del todo falsos. Una vez más, la última palabra la tiene el periodista Francisco Mouat. El cuento es más o menos así: un mes después de que Mouat publicase una crónica en la revista El Sábado sobre los hermanos, en febrero del 2004, encontró una carta manuscrita sobre su escritorio. Su remitente era nada menos que la viuda de Eduardo, Carmen Calé, una ex bailarina de danzas españolas. La misiva dio pie para que el reportero publicara en marzo del mismo año una segunda crónica, en la cual intentaba despejar las dudas sobre el porvenir de Ted, a la luz de los datos aportados por su viuda.

Según dicho artículo, la carrera futbolística de Eduardo Robledo no terminó en Chile. Después de casarse con Carmen en Calé en 1956, volvió a Inglaterra para jugar dos temporadas por el Notts County de Nottingham. De ahí pasó a desempeñarse como técnico electrónico, su segunda profesión, en la NASA. Decepcionado por su bajo sueldo, volvió tiempo después a dedicarse al fútbol, pero esta vez como entrenador del Once Municipal, un equipo de El Salvador. Esto fue en 1965.

Sus últimos trabajos estuvieron vinculados con la industria petrolera, con la que logró cierta estabilidad, ayudando a levantar torres de extracción en África y Brasil. Fue contratado entonces por la Internacional Drilling Co., una compañía norteamericana de barcos petrolíferos en el Golfo Pérsico. En eso estaba Robledo, cuando, en diciembre de 1970, fue invitado por el capitán alemán Hans Besseinich para pasar cuatro días en un crucero de placer por el Golfo de Omán. Debía estar de vuelta en Dibbah, pero nunca regresó.

Hasta hoy no se sabe con seguridad qué pasó en ese barco. Se efectuó un juicio en Inglaterra, el cual constató que el 5 de diciembre Eduardo cenó con el capitán y después jugó cartas con él y otros tripulantes. También se estableció que Besseinich había mentido inicialmente, afirmando que Robledo nunca se había embarcado en esa nave. Aún cuando otros testigos desmintieron al capitán, éste quedó en libertad y la muerte de Ted quedó archivada como “un accidente’’.

¿Qué pasó en esa partida de naipes? La pregunta permanece sin respuesta, hundida en las profundidades del Océano Índico. Un posible documental que, según ha comentado, Mouat pretende hacer sobre Ted, junto a Alvaro Díaz (de 31 Minutos), podría dar ciertas luces. Una respuesta que esperan los que aún recuerdan a Eduardo Robledo.

Monday, June 19, 2006

La quiebra de la U y el delfin


Lino Díaz, actual presidente de la U, aunque de manera nominal, venía saliendo del cine y fue interceptado por mi aguda pregunta: ¿es usted culpable de la quiebra de la U? La cosa es que su hija se sintió incómoda y, después de vacilar un momento, el delfín siguió su camino con una cajita feliz de mc donalds en sus manos. Lo importante es saber que dentro de todo procedimiento de quiebras, existen responsables por el mal manejo de las instituciones. Y ahora en el caso azul, se hacen patentes los encargados de la gestión paupérrima de un club de nombre. René Orozco llega a principios de los años ´90, cuando el plan Salah estaba armado, y algunos jugadores emblemáticos (léase Segio Vargas o Ariel Beltramo) ya habían arreglado. Orozco siempre ha sido un tipo muy honesto pero su gestión ha sido lamentable, atendiendo solo al criterio de la diferencia entre lo que entra y lo que sale del patrimonio de una institución. Lino Díaz, integrante del directorio de Orozco, jamás levantó la voz ante la gestión del timonel anterior y ahora intenta salvar el buque del hunidimiento. Si bien estando fuera de materia mercantil, no es obligatorio para los deudores declarar su propia quiebra, Lino Díaz, desde una perspectiva jurídica y moral, no tiene legitimación activa para negarse a este procedimiento de quiebra. La obligación de que nadie puede aprovecharse de su propia negligencia constituye un principio general del derecho, que atraviesa transversalmente todo el sistema jurídica. Nadie puede alegar la nulidad de una sentencia, si previamente no ha hecho todo lo posible por interponer los medios idóneos para atacar los vicios durante el procedimiento, a menos que estos se produzcan en la dictación misma de la sentencia. Lino Díaz nunca objetó los balances de Orozco y tampoco colaboró en la defensa del informe presentado por la comisión revisora de cuentas integrada por el profesional Rodrigo Salcedo. En su momento, no reclamó, y ahora intenta decir que el proceso de quiebra de la institución azul no es su culpa. Pero señores, hemos entrado en la edad de la razón, y llega la hora de hacerse responsable cada uno de las consecuencias de sus actos. Señores, esto es palabra de Fútbol.

Sunday, June 18, 2006

El delicado y complejo arte de hacer todo mal





Es cierto, se juega el mundial, las mejores selecciones del fútbol y los grandes jugadores de cada país (o de cualquier país, nacionalizados) compiten en tierras alemanas (o no tan alemanas, conquistadas o robadas). Todo el glamour de los ingleses, la actitud de los argentinos, la constelación de los brasileros se dan cita en Europa. Por ello, nadie, o muy pocos, se concentran en los Play Off (que ya de partida tienen un nombre absolutamente ridículo, como de la NBA).
El torneo nacional está mal, eso ya se tiene claro hace tiempo y ahora con el mundial a nadie le duele dejar de lado la fase decisiva de este, que se supone es la instancia que salva a un torneo de por sí devaluado y aburrido.
Sin embargo, en algún lugar indeterminado, en un sector invisible a nuestros ojos, viven unos seres a los cuales se suele llamar “dirigentes” (pero que nadie identifica del todo) y que se dedican silenciosamente al arte de hacer todo mal, es decir, convierten lo malo en peor. El arte de estos seres, que tiene como característica lograr el detalle en la imperfección, gestó por estos días su máxima obra, un verdadero legado para la humanidad, digna de conservarse entre las piezas de un museo vanguardista.
La obra, ya lo suficientemente comentada, tuvo lugar este martes y como algunas obras del surrealismo fue repentina, como un montaje improvisado y con excelentes resultados. Resulta que, como se sabía desde hace rato, Brasil (pentacampeones del mundo y candidatos exclusivos al título) enfrentaba en su debut a Croacia. Y los talentosos dirigentes eligieron programar el clásico universitario (correspondiente a la llave más interesante del los “Play Off”) a la misma hora del debut de amarillos.
Esta obra que, en primera instancia puede sonar carente de valor artístico, es una obra que ofrece muchos conceptos, ya que su valor no reside sólo en su puesta en escena, sino que lo que le da originalidad es un completo entorno de situaciones. Que juegue Brasil a la misma hora, ya, está bien, mala suerte, pero que además se programe un martes y a las cuatros de la tarde, es decir a la hora en que todos trabajan, estudian o hacen algo y que si se van a dedicar a ver fútbol van a ver a Brasil no a la U contra la UC, eso ya es talento puro.
Obviamente siempre hay fieles (que en este caso funcionan como boicots de estos artistas indeterminados) y por ello habían casi 6 mil en el estadio y algunos que siguieron las alternativas por la t.v. Esos serían testigos privilegiados de la obra (aunque hayan contribuido a no darle una total (in)perfección).
Ahora bien, Brasil decepcionó y el clásico estuvo bueno (2-2), lo cual también se le podría reprochar a los artistas de la imperfección que no calcularon esa posibilidad, bueno, no se les podía pedir tanto.
Eso sí, ahora, específicamente el día de ayer, comprobé que siguen siendo los maestros, al corroborar que efectivamente en los “Play Off” no van a haber penales. ¿Porqué? Para que sea más fome, para completar y consagrar definitivamente el arte de hacer todo mal.

Thursday, June 15, 2006

“Indios amigos y románticos bohemios”


Declarada la quiebra del chuncho, los más atentos y propagadores de la noticia han sido sus clásicos rivales, los otrora Colocolo, hoy Blanco y Negro S.A. Y en ésta distinción fundamental-diríamos-radica el tema central de la preocupación que muestran los “albos” por la suerte del “azul”.
Hace algunos años los seguidores del cacique experimentaron la disolución histórica del club más exitoso del fútbol criollo. Entonces, apareció un grupo de millonarios fanáticos que crearon desde las cenizas grises de lo quedaba del club “social”, una sociedad anónima que con otro nombre se apropió del equipo, los hinchas, las camisetas y todo el historial del cuadro popular. Dos nombres, (uno legal, el que sale en las boletas del agua y del gas, y otro que sale en las galerías, desde las bocas de sus hinchas y periodistas), han marcado la historia reciente del club “…” (¿Cómo llamarlo?), lo que ha sido causa de las burlas de los hoy quebrados.
No obstante hoy los seguidores del cuadro universitario son los que beben del amargo cáliz de la quiebra ¿Qué pasará ahora con el “Bulla”? ¿Qué nombre adoptará la continuidad del club? Bulla S. A, Universidad S. A, U. de Chile S. A, Más que una pasión un sentimiento S. A, Hinchada hay una sola S. A, Volveremos-volveremos S. A. Los nombres sobran, habrá, sin duda, una reunión álgida en torno a tan fundamental elección.
Los más contentos sin duda son los seguidores del cacique, ¿Mal de muchos consuelos de tontos? No hay que ser así de drásticos. Es natural, el código del hincha acérrimo es celebrar las desgracias del rival. Los feligreses cruzados también se han reído, y desde las cumbres de las montañas. Pues siguen incólumes, y lo estarán por siempre, mientras haya vaticano.
La quiebra, hace un par de años, del único club que ha ganado un torneo internacional serio, quedó como un antecedente de jurisprudencia tanto para juristas e hinchas-tema que desearía que nuestro especialista en el tema aborde próximamente-. Por lo seguido de ambos sucesos, podemos sospechar que la desaparición del “indio”, fue y es un campo de experimentación científica que aún no ha terminado. Frente a ello el club de la “U” con mayúscula, se pregunta lo mismo que se inquirió Lenin, mientras bebía plácido un corto de Vodka junto a una vela de gas y un fuego cobijador, ¿Qué hacer? ¿Que chucha hacer?
¿Llegaran magnates enriquecidos durante la década de los ochenta a invertir en la institución de los“bohemios”? ¿Si llegan hay que aceptarlos? ¿Por qué los millonarios que invierten en el fútbol tienen sus papeles y manos tan manchadas de sangre? O es que caso resulta ser cierto aquel sabio refrán que dice: “Detrás de toda fortuna hay un crimen”.
¿Sin fortuna es posible la continuidad del club….? Francamente no es posible, a no ser que los “bullangueros” se condenen a mediar tablas y ganar campeonatos locales. Si se eligen esas opciones mejor jugar fútbol amateur. Lo otro es darle de martillazos a la ética como lo ha hecho el afamado toqui de los bosques araucanos, Colocolo, inmortalizado por los versos de Ercilla. Hoy el afamado lonco se ha vendido como indio “amigo” de los “invasores”. El primer antecedente fue cuando aceptó que los militares le levantaran el estadio de pizarreño que a todo esto, ya no está en poder del cuadro mencionado. La política de los parlamentos tuvo y ha tenido afecto.
Señores esto fue, es y será, “palabra y reflexión de fu´bol”

Saturday, June 10, 2006

Argentina versus Costa de Marfil



Argentina es un equipo que juega fútbol europeo, es decir, plantean la maquinización de las fuerzas físicas, aeróbicas y tácticas para ganar el partido. Ésta vez el azar del fútbol les brindó una pelota perdida en el área para que Crespo le diera de puntete. Ganaron, por ahora.
El espectáculo no fue más que la prolongación del partido entre Suecia y Trinidad de Tobago, lo que derivó en un escuálido dos a uno para los Argentinosuebos contra los Trinidanos de Marfil. Recordemos que estos últimos jugaron con 21 jugadores gran parte del partido. La europización de la selección argentina, viene acentuándose desde la época Bielsa, y con ella no han ganado nada, ni siquiera una mísera copa América.
Hoy sábado hizo un día nublado, me tuve que hacer de una estufa un chaleco de lana gris, un café, y en teoría contaba con la posibilidad de un espléndido debut de argentina, o al menos de las luces de Messí, o de Tevés. Nada de eso ocurrió. Me tuve que conformar con ver las dudas de Cambiasso, los resbalos de Palacios, lo insoluble y poco atractivo que resulta ver jugar a Maxi Rodríguez, y el ingreso de Aimar en los últimos segundos, todo esto bajo la voz de Pedro Carcuro que hablaba cosas como que cuando veía a Riquelme jugar, en realidad, veía a Villarreal, a Forlan, inclusive a Pelegrini. Ufffffhhhh……
Lo más destacable fueron algunos descuelgues de los morochos de las costas africanas (¿Costa de Marfil queda en la costa de África?) durante el primer tiempo.
Me imagino que hace algunos siglos atrás Costa de Marfil, tuvo que haberse llamado Costa de elefantes, sino ¿de donde salieron esos marfiles?
Ah! ahora sólo nos cabe esperar el debut de los brasukas, porque no hay nada que esperar de italianos, menos de españoles. De estos últimos sólo se aseguran las dudas, y la falta de cojones en los momentos claves, me imagino ya la expresión cansada y angustiada de un Raul errático como siempre. Ni un brillo.
Togo, ¿habían escuchado ese país antes?, debo confesar que personalmente jamás, -Tobago es lo más parecido que he oído en mi corta vida- en fin se quedaron sin técnico a días del debut. Los holandeses sólo inspiran amargura y “segundamiento” futbolístico, los ex-yugoslavos (Serbia y Croacia), se me anuncian con pelos cortos, más los Serbios que los Croatas, un fútbol, que promete algo pero que por falta de iniciativa no concreta éxito alguno, más los Serbios que Croatas. Copa del mundo 2006, la del 2010 es en Sudáfrica.
Estos es palabra de fútbol.
Enviado especial, desde Santiago… Andrés Vidal.