Palabra de Fútbol

Monday, November 30, 2009

Peñarol: Equipo Sudamericano del Siglo



“Serás eterno como el tiempo y florecerás en cada primavera”

Con esta frase, Frank Hudson dio por inaugurada, en las oficinas del ferrocarril en Villa Peñarol, en 1891, al club Central Uruguay Railway Cricket Club (CURCC), institución que hasta nuestros días -específicamente desde 1914-, es conocida simplemente como Peñarol. La frase fue pronunciada por Hudson en la ceremonia misma en que se firmó el acta de fundación y constituye, por así decirlo, el espíritu que todo aurinegro ha podido no sólo experimentar como promesa metafísica, sino que también corroborar a lo largo de la impresionante trayectoria del club. En septiembre de este año, Peñarol ha sido declarado el mejor club sudamericano del siglo por la Federación internacional de Historia y Estadística de Futbol, superando a Independiente y a Nacional (veáse la web site de la IFFHS). Palabra de Fútbol quiere tributar a este equipo, que después de vivir la gloria continental y mundial pasa hoy por un mal momento: su último campeonato uruguayo es del año 2003, y su último título internacional es la copa libertadores de 1987. Tal vez su historia, desde la gloria absoluta a la falta de poderío actual, sea análoga o paralela a la decadencia de la industria ferroviaria en el mundo de los medios de transporte (al menos en América latina), industria que está en el origen de dicha institución y de varias otras en Sudamérica que corren una suerte similar (Fernández Vial, Ferroviarios o Ferrocarril oeste, por ejemplo). Será interesante hacer un seguimiento a los equipos nacidos y fundados en el seno mismo de la mística de los trenes, pero ese es motivo de un artículo posterior.
Por ahora rindamos homenaje a este portento de la plata, para comenzar a medir el alcance que tuvo en la realidad la imaginación de sus fundadores y para concebir mejor el espacio que hoy ocupan esos colores en la mitología pelotera de nuestro continente. De alguna manera, todos en Sudamérica quieren ver andar de nuevo por los rieles a la brillante locomotora “Roquet”, inspiradora de los colores y metáfora del milagro de lo que funciona…de aquello que simplemente anda.

Corre el mes de Octubre, es el día 31. En Santiago de Chile se juegan los últimos minutos de la final de la copa libertadores del año 1987. En los dos encuentros anteriores, Peñarol y America de Cali (2-0 en Colombia para América y 2-1 para Peñarol en el centenario), no se han podido sacar la ventaja necesaria para llevarse la copa, sin embargo, los caleños están ahora a sólo tres minutos de alcanzar la gloria que les ha sido negada en las dos ediciones anteriores (justamente en los años 85 y 86 frente a Argentinos y River respectivamente). América ha llegado tres veces seguidas a la final de la Libertadores y ahora está a tres minutos de conseguir el esquivo título. El grupo de colombianos que constituía una parte del escaso público que acudió al estadio Nacional (hecho imperdonable para un país futbolizado) comienza a contar lo que queda, desde el diez hasta el uno. Acaban esa cuenta regresiva unas tres veces, llegan al uno y deben, impacientes, volver a comenzar. Quedan ahora quince segundos para que se acabe el partido, no hay espacio para estrategias ni técnicas. De pronto, la fatalidad y la gloria en un mismo espacio; Diego Aguirre toma la pelota, va hacia delante como un caballo de carrera frente la incredulidad de una defensa roja que de alguna manera permite el ingreso al área, que de alguna forma acepta o permite su destino trágico. Aguirre, a quién nada de esto le importa, se saca entonces de manera increíblemente fácil al último defensa y despacha un zurdazo que vence a Falcioni. (por favor revisen el siguiente youtube que contiene los relatos colombianos y uruguayos del mismo gol http://www.youtube.com/watch?v=6sXzyGE4TII&feature=related)
Se acabó el sueño del América, gracias a un milagro de último minuto.

Esta fue la última copa libertadores de Peñarol. Último logro internacional de un equipo que alzó cuatro copas previas (las del 60, 61, 66, 82) siendo esta la quinta y la tercera ganada en Chile, en el mismismo estadio Nacional, lugar mítico para los hinchas del “Manya”, uno de los tantos apodos de Peñarol (tales como Mirasoles, carboneros y aurinegros).

De los campeonatos nacionales de Uruguay, Peñarol ha ganado 45 entre amateurs y profesionales, mientras que Nacional ha ganado 40. Su época más brillante ha sido la de las temporadas de 1949, 1954, 1964, 1967, 1968, 1975 y 1978, años en los que se coronó de manera invicta.

La rivalidad entre Nacional y Peñarol merece una revisión, ya que se trata de una rivalidad mayor, nutrida de una historia llena de anécdotas y situaciones inverosímiles. El clásico se acerca a su 500 edición, de las cuales Peñarol ha ganado 179, Nacional 159, registrándose 156 empates. El origen ferroviario e inglés de Peñarol, contrasta con el origen criollo del que se jacta Nacional (club nacido durante un proceso de nacionalización y de ensalce de las costumbres nacionales). Dicha situación mezcla de política y folclore patrio, estalló en la cancha por primera vez el 15 de Julio de 1900, fecha en la que el en ese entonces CURCC se impuso 2-0. Esto ha vuelto con el tiempo a ambos equipos “irreconciliables”. Peñarol tiene la ventaja estadística con 36 títulos en la era profesional frente a 30 de Nacional; 5 copas libertadores, frente a 3 de el “Bolso”. En lo único en que empatan es en la consecución de la copa Intercontinental, que ambos clubes han ganado en tres oportunidades.
He aquí el breve relato de algunas anécdotas de estos clásicos:

“Uno muy recordado es el "Clásico de la Valija". El 25 de mayo de 1934, Peñarol y Nacional jugaron la final de la Copa Uruguaya del año anterior. Empataban 0-0 cuando un centro salió de la cancha, pegó en la valija del masajista albo, volvió al campo de juego y un jugador de Peñarol anotó el gol. El tanto fue anulado pero, por las protestas, los tricolores sufrieron dos expulsiones antes de reiniciarse el juego, que luego se suspendió por falta de luz. El 27 de agosto, en la reanudación, Nacional aguantó la igualdad con ocho jugadores y forzó un desempate, que ganó por 3-2 para ser campeón.
“Otra fecha presente en el corazón de Nacional es el 14 de diciembre de 1941, día de aquel 6-0 mencionado antes. Como la reserva también goleó, pero 4-0, se recuerda aquella jornada como "El Día del 10-0". Para defender su honor, los carboneros rememoran un 7-3 de 1911 como visitantes, cuando el club todavía se llamaba CURCC”.
“En octubre de 1949, Peñarol se imponía al cabo del primer tiempo por 2-0 y tenía dos hombres de más. Como Nacional no salió a disputar el complemento, los aurinegros lo bautizaron el "Clásico de la Fuga". "Llovió todo el partido pero apenas el árbitro anunció que habíamos ganado, ¡salió el sol!", recordó alguna vez el inolvidable Alcides Ghiggia.”
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La historia de Peñarol está llena de héroes y figuras, sin embargo, existe consenso acerca de quienes son aquellos que de manera excepcional han distinguido y engrandecido el nombre de la institución.
Del cancionero popular, décima dedicada a los campeones de 1905 :
“Cual gladiadores romanos
pisaron firmes la arena
Davies, Irisarri y Pena
los Carbone, dos hermanos
los Camacho, veteranos
los jugadores macucos
que con Zibecchi y Mañana
con Acevedo y Mazzucco
forman un cuadro que manda
un espléndido retruco”

José Piendibene, considerado el maestro del futbol en su época, jugó y ganó en Peñarol. Esta es su ficha técnica.
”Fue campeón sudamericano en 1916, 1917 y 1920. Surgido en el Huracán Pocitos paso a Peñarol, equipo con el que logro 5 campeonatos uruguayos ( 1911- 18-21-24-26-28) y sumo 253 goles. Baluarte del “equipo del 12” simbolizo el estilo de una generación del primer gran futbol uruguayo. Fue maestro indiscutido de un nuevo football, por su estrategia dentro de la cancha, por la profundidad de su juego, su amague simulador, su toque de tuya y mía y su elegante culminación que encendió la admiración de las multitudes amantes del espectáculo en que se convertía un encuentro de football”.
Podríamos engrosar la lista con figuras como Morena o Spencer, ídolos de la afición, gestores de triunfos insólitos, como aquél frente a River en el que los de “la banda” vencían 2-0 en la definición en Santiago (1966), hasta que su portero, Amadeo Carrizo, tuvo la torpe idea de hacer un lujo innecesario y provocador bajando un balón intrascendente con el pecho. Esto despertó el orgullo de Peñarol y la bien conocida garra charrúa (que por supuesto excede a Peñarol, y es extensiva a todo ese país futbolístico).En el segundo tiempo Peñarol lo empató con goles de Spencer y Abaadie, ganándolo en tiempo extra con goles nuevamente de Spencer y uno final de Rocha en el minuto 109.

Esto es sólo un extracto de la historia de Peñarol y a la vez un tributo a este equipo. Esperamos pronto continuar con Nacional y extender nuestra revisión a otros grandes caídos en desgracia, para no olvidar lo que alguna vez fueron y de cómo forjaron el prestigio y estilo de nuestro fútbol.
Esto es Palabra de Fútbol.


Ignacio Aguirre.

http://es.fifa.com/classicfootball/stories/classicderby/news/newsid=1060659.html
http://www.angelfire.com/pe2/manya/Siglo.htm

Thursday, November 26, 2009




Rangers, la ANFP, la FIFA, la amenaza de la desafiliación y, lo peor, quedarse sin mundial.


Diferentes sistemas de reglas pueden regular la misma situación, y reclamar para si una cierta primacía. En el caso en estudio, hay varias cuestiones imbricadas.

En primer término, la FIFA, en tanto un organismo privado que cuenta con su propio sistema de reglas, contempla una regla bastante clara para sus afiliados, quienes se hacen miembros de este organismo de manera voluntaria. Entre aquellos afiliados, claro está, se encuentra la Federación de Fútbol de Chile. El artículo 64 de los Estatutos de la FIFA señala lo siguiente:

1. Las confederaciones, los miembros y las ligas se comprometen a reconocer al TAD [Tribunales Autónomos de Disciplina] como instancia jurisdiccional independiente, y se obligan a adoptar todas las medidas necesarias para que sus miembros, jugadores y oficiales acaten el arbitraje del TAD. Esta obligación se aplica igualmente a los agentes organizadores de partidos y a los agentes de jugadores licenciados.
2. Se prohíbe el recurso ante tribunales ordinarios, a menos que se especifique en la reglamentación FIFA.
3. Las asociaciones tienen la obligación de incorporar a sus estatutos o reglamentación una disposición que, en el caso de litigios internos de la asociación, o de litigios que atañan a una liga, un miembro de una liga, un club, un miembro de un club, un jugador, un oficial o a cualquier otra persona adscrita a la asociación, prohíba ampararse en los tribunales ordinarios, a no ser que la reglamentación de la FIFA o disposiciones vinculantes de la ley prevean o prescriban expresamente el sometimiento a tribunales ordinarios. En lugar de los tribunales ordinarios se deberá prever una jurisdicción arbitral. Los litigios mencionados se someterán a un tribunal de arbitraje independiente, debidamente constituido y reconocido por la reglamentación de la asociación o de la confederación, o al TAD.
Asimismo, las asociaciones se comprometen a garantizar que esta disposición se cumpla cabalmente en el seno de la asociación, siempre que sea necesario imponiendo una obligación vinculante a sus miembros. En el caso de incumplimiento de esta obligación, las asociaciones impondrán a quien ataña las sanciones pertinentes, precaviendo que cualquier recurso de apelación contra dichas sanciones se someta estrictamente y de igual modo a la jurisdicción arbitral y no a los tribunales ordinarios.

La regla en estudio, aparentemente, es bastante clara: las federaciones se obligan a incorporar en sus estatutos, una regla que prohíba a los clubes la interposición de acciones ante la justicia ordinaria por litigios como el del caso sublite: un club que reclama la nulidad del proceso de notificación de una sanción, producto de la infracción de una regla de la ANFP.

Ignoro si los estatutos de la ANFP contienen o no esa regla, pero me imagino que, bajo la comandancia de Mayne Nicholls, este tipo de cuestiones se encuentran reguladas de manera adecuada. Sin embargo, y aún no existiendo una regla de aquel tipo, la ANFP se encuentra obligada a dar cumplimiento a esta prohibición, esto es, la de recurrir a la justicia ordinaria.

La sanción, por su parte, y tal como lo ha ventilado el Presidente de la Conmebol, es clara: a pesar de no constar claramente (al menos revisé todo el Código Disciplinario, el que contiene las sanciones a las que se remite el artículo 45 de los Estatutos), el riesgo de desafiliación existe. El Comité Ejecutivo, que está pronto a reunirse el día 3 de diciembre próximo, podría considerar como sanción la desafiliación de la ANFP.

El problema, a nivel doméstico, es el siguiente. Según tengo entendido, se declaró la quiebra de Rangers, y, por tanto, es un síndico, nombrado por la justicia ordinaria, quien asume la administración del club. Según el abogado de la sindicatura piducana, “el tema radica en que desde que se declara la quiebra (8 de mayo), la ANFP se relacionó siempre con el síndico, eso hasta el día que se alinean 6 extranjeros. Al día siguiente la ANFP en vez de citar al síndico de quiebras a comparecer al Tribunal de Disciplina, cita al presidente del club y comparece a esa instancia Arnoldo Sánchez, quien desde larga data ya no tenía la representación del club". Más adelante, agrega que “esta sindicatura no desconoce que la ANFP tiene jurisdicción respecto a los aspectos del fútbol, pero les dijimos que lo que debieron hacer es citar al síndico, por la tanto el proceso es nulo. Desestimaron el error porque dicen que el síndico no tenía legitimación, pasando por sobre una sentencia dictada por un juez de la República".

La cuestión es jurídicamente irrelevante, aunque conflictiva.

Primero, explicaré lo conflictivo, suponiendo que se trata de una cuestión jurídicamente relevante, es decir, que puede y ‘merece’ ser llevada a foros judiciales.


Jurídicamente, es importante notar que cada sistema de reglas reclama competencia para calificar la acción desde su propio punto de vista: para el derecho lo que dispongan las reglas del fútbol sobre si los clubes pueden o no tener derecho a recurrir a la justicia ordinaria es irrelevante (a menos que una regla jurídica lo haga relevante, es decir, que una regla de derecho haga una remisión normativa al ordenamiento del fútbol, limitando el derecho fundamental de tener acceso a la justicia), y para las reglas del fútbol la cuestión de si un club tiene o no derecho a recurrir a la justicia ordinaria depende de las reglas del fútbol. Éstas lo prohíben, y, en efecto, el recurrir a la justicia ordinaria cuenta como un supuesto de hecho que, verificado, como en el caso en estudio, acarrea una sanción. El problema de todo esto es que ninguna regla del fútbol, como aquellas que comentamos, puede impedir el ejercicio de la acción civil.

En este escenario, una eventual resolución de la Corte de Apelaciones de Talca acogiendo el recurso o, transcurrido el plazo que puso la FIFA para la próxima reunión del Comité Ejecutivo (el día 3 de diciembre) sin que hayan resoluciones al respecto, la desafiliación de la Federación chilena de Fútbol se hace realidad y, por tanto, lo más temido: la prohibición de jugar el próximo mundial de Sudáfrica.

Ahora bien, antes de preguntarse si podría existir algún conflicto, debemos preguntarnos por si este merece ser llevado al escenario judicial. En otras palabras, el sistema judicial chileno se financia con cargo a rentas generales (es decir, por todos nosotros), y, por tanto, requiere que los casos absurdos, irrisorios, o aquellos que son debidamente resguardados por la justicia privada, no lleguen al sistema judicial. El caso de fútbol, ciertamente, es uno de esos. La ANFP cuenta con lo que los Estatutos de la FIFA denominan como Tribunales Autónomos de Disciplina, los cuales tienen plena jurisdicción para conocer litigios como aquel destinado a revisar si se verificó en los hechos el cumplimiento del supuesto de hecho que contemplaba la regla de los cinco extranjeros en cancha.

A pesar de todo, las reglas del derecho pueden reclamar para si cierta autonomía para juzgar un caso. Piénsese, por ejemplo, en el caso del Cóndor Rojas, en el que aparentemente no hubo proceso alguno por el cual se impusiera la sanción que contenía una prohibición perpetua de jugar fútbol. En ese caso, creo yo, la justicia ordinaria podía plausiblemente declarar nulo el proceso por una infracción a los principios del debido proceso, garantía fundamental asegurada a todos los ciudadanos en virtud de la normativa constitucional e internacional. La inexistencia de un proceso, la omisión de pruebas de descargo, la imposibilidad de apelar por una revisión de los hechos de la causa, ciertamente, dan lugar a ciertos reparos.

En el caso ‘Rangers’, la cuestión es bastante distinta. El proceso de imposición de la sanción fue bastante transparente. El TAD de la ANFP permite que el abogado de la sindicatura de Rangers presente sus descargos, además de los recursos correspondientes. En todo momento se cumplen con los estándares mínimos. Los estándares del debido proceso, claro está, no son los mismos en la justicia criminal que en la justicia privada del fútbol. Llevar a la justicia ordinaria un simple error de notificación en un proceso a todas luces bilateral parece un insulto a los ciudadanos, quienes debemos tolerar que los jueces tengan que conocer por partida doble algo que ya se zanjó en la justicia privada.

Aún reconociendo que el conflicto es jurídicamente relevante, las razones jurídicas apoyan una tesis contraria a la de la sindicatura de Rangers. Lo que alega el abogado Herrera, es una cuestión tan irrelevante como absurda: que para notificar al club de la sanción se citó al Presidente y no al síndico. El problema es, a todas luces, evidente: que nadie puede alegar la nulidad de todo lo obrado en un proceso cuando, en efecto, conoce todo el desarrollo del proceso. En otras palabras, ello supone decir que nadie puede alegar la nulidad de un proceso alegando falta de emplazamiento (notificación) cuando, en la práctica, conoce todo el proceso que se ha llevado a cabo. La cuestión es un tanto evidente y es recogida por nuestro Código de Procedimiento Civil. Nadie puede aprovecharse de alegar el desconocimiento (que es el fundamento de la nulidad) cuando conoce al dedillo que cometió una infracción.


Las conclusiones saltan a la vista, Rangers no tiene razones para llevar el caso a la justicia ordinaria. Aún de aceptarse aquello, no tiene razones para triunfar.

O Rangers retira el recurso o la Corte de Apelaciones rechaza el recurso antes del 3 de diciembre sin que Rangers apele de la decisión.

p.d- ruego disculpar cualquier omisión de hechos relevantes, pues no los conozco todos.

p.d1- la opción no expresada en el cuerpo del artículo, ciertamente, es mandar a la chucha al síndico y a su abogado.

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Tuesday, November 24, 2009

La argentina de hoy y el desastre de Suecia 1958: el olvido está lleno de memoria


La última campaña de la selección Argentina de Maradona me ha hecho recordar otro de los celebremente tristes episodios de la histria del fútbol trasandino. En efecto, los síntomas de ambos procesos parecen bastante similares: grandes estrellas, entrenadores de renombre, aunados a una deficiente organización dirigencial y consecuentes malos resultados. La analogía puede ser un poco exagerada, pero aquí va el análisis.

I. Fútbol

Lo Bueno de 1958: La selección argentina del 58, al mando de Stabile, contaba con jugadores de la talla de Amadeo Carrizo y de Enrique Omar Sívori. El equipo estaba armado en base al River Plate tricampeón nacional de 1955, 56 y 57. Aún paladeaba el éxito del Sudamericano de Perú, con un plantel que fue apodado “los carasucias”, por su juventud y desinhibición. Aquel improvisado equipo ganó el título continental con 25 goles a favor y sólo seis en contra, además de un humillante 3-0 a Brasil. Esos brillos vanagloriaron al fútbol argentino, a la prensa y a todo el país. El juego esplendoroso y casi artístico de aquel plantel trazó una huella imborrable en la historia del fútbol nacional, pero también sembró omnipotencia. Nadie esperaba otra cosa que el regreso de Suecia con el título en las manos ("La gloria que no fue", de Alejandro Di Giacomo, Editorial Capital Intelectual, agosto 2007).

Lo malo de 1958: Carrizo se comió seis goles contra los Checos, respecto de quienes un espía argentino que había sido enviado a Europa había sentenciado: "les ganamos caminando". Este es sólo un ejemplo del desastre de Suecia, en que Argentina quedó eliminada en primera ronda.

Lo bueno de hoy: La selección de hoy cuenta con un montón de chicos que crecieron bajo los procesos de las selecciones juveniles. Piensen en Messi y Aguero, por mencionar dos de los casos más notables, que crecieron bajo el mando de dos expermientados, como nuestros conocidos Tocalli y Pekerman. Antes de las eliminatorias

Lo malo de hoy: el 5 a 0 con Bolivia, la derrota con Brasil en casa, o el proceso eliminatorio en general.

II. Dirigentes.

Lo malo de suecia 1958: El diálogo entre el capitán del equipo y un ex dirigente de la AFA, reproducido por el propio ex futbolista, es elocuente al respecto:
-¿Están bien, necesitan algo? ¿Les traigo algunas mujeres, hay buenas alemanitas, bien rubias y grandotas, que pueden divertirlos un rato? ¿No las quieren para aplacar el aburrimiento?
-No, nada de mujeres en la concentración. Lo que necesita este plantel es un buen cocinero. Comer comida argentina, unos bifes, pastas. Tráiganos un cocinero, que se lo vamos a agradecer.
-¿Seguro? Está bien. No te preocupes, se los resuelvo en un par de horas.
Al día siguiente un nuevo integrante se sumó a la delegación argentina. Preparó unos estupendos bifes con cebolla, que desataron la aclamación de los futbolistas. A la noche, la misma comida. Al mediodía siguiente también. Y una vez más en la segunda cena. El capitán del equipo se inquietó entonces y encaró al presunto chef:
-Oíme pibe, riquísimos los bifes con cebolla a la criolla. Pero cambiá un poquito, no vamos a comer lo mismo todo el mes.
-No voy a poder ayudarlos.
La cara del capitán del equipo se transformó. Y el supuesto cocinero completó su explicación:
-Sabe qué pasa, yo no sé cocinar. Un cocinero era demasiado caro. Yo atiendo el bufete en Nueva Chicago, me doy maña para algunas cosas y me trajeron de apuro para resolver el problema, sin gastar demasiado.
En el Mundial de 1974, la Selección argentina no sólo no tuvo una buena alimentación. Pasó agónicamente la primera ronda pero cayó humillada 0-4 ante Holanda, perdió 2-1 con Brasil y empató 1-1 con Alemania Oriental, antes de regresar cabizbaja y criticada a Buenos Aires. Un triunvirato confuso de entrenadores había aportado más caos que orden a un equipo con notables futbolistas pero sin esquema colectivo. Aquel Mundial fue el último eslabón de una cadena de pesares inaugurada en 1958 y que duró dos décadas.

Lo malo de hoy: Grondona al mando de la AFA y al mismo tiempo dueño de TyC y de Arsenal, que ganó una sudamericana de manera bastante dudosa. Un Maradona al que le dan permiso para poder viajar a un Spa en Europa. Una dirigencia que, por más dinero que manejen, es incapaz de tener a sus futbolistas concentrados en el fútbol.

La refutación de la analogía: el caso Bielsa, para cuyo análisis espero publicar un próximo comentario.

III. Conclusiones: cuando digo que el olvido está lleno de memoria es para que los hermanos trasandinos tengan un poco más incorporado aquel desastre de Suecia en su adn. La historia se volvió a repetir en Chile 62, y duró hasta Alemania 1974, en el que corrieron igual suerte. Se demoraron 20 años en salir adelante, en medio de una dictadura y en un partido con Perú sobre el cual se ha tendido un manto de duda no menor. La historia es importante, la memoria debe conservarse, incluso la memoria del fracaso. Creo que Bielsa representa fielmente esa filosofía. Sin embargo, no fueron los fantasmas de Suecia los que se colaron por la mente de Bielsa cuando se iban del mundial de Corea. Hay algo más, una concepción un poco más densa del concepto del fracaso que espero poder dilucidar en un próximo post.

Esto es palabra de fútbol.

Thursday, November 19, 2009

Homenaje a Irlanda: a shame on you Tití


Thierry Henry, el mismo que vino a Chile auspiciado por la Unicef, el mismo que ha hecho declaraciones reflexionadas acerca del deporte más hermoso del mundo, me ha dejado decepcionado.

Con una mano vista desde todos los ángulos, por el cuarto árbitro y por todos los televidentes, Francia, la mezquina Francia del loco Domenech, ha quedado en el mundial; mientras, un pueblo entero, que nunca tuvo colonias, que siempre ha estado bajo el dominio de otros, ha quedado fuera del sueño más importante. Los irlandeses siempre han estado bajo los signos de Saturno, como decía Verlaine, siempre se los han cagado, de uno u otro modo. Los irlandades nunca serán independientes y, en este caso, además, tampoco tienen a Platini comandando la organización del mundial. El Vaticano nunca ayudó a la Iglesia Católica para financiar la lucha por la independencia. Felipe II tampoco lo hizo.

Pero este castigo es demasiado, sobre todo en manos del jugador que todos creíamos era la fiel representación de la elegancia francesa. La justicia divina, nuevamente, nunca llega para los equipos sin muchas influencias, para los que juegan calladitos, que tienen poca importancia mediática, como los irlandeses.

Nunca había visto un juego frances tan parco. Y nunca había visto jugadores más malos pa la pelota pero con más huevos que los irlandeses. Lucharon los dos partidos con pocos argumentos técnicos. Parecían chicos de secundaria jugando en las calles de Belfast, mientras las tropas británicas que ocupan el Ulster los perseguían. De seguro se acordaron de Joyce, de Yeats, de Shane Macgowan, de Dolores O' Riordan, de Elvis Costello, de Sinnead O'Connor, de Van Morrison, de los Clancy Brothers, del mismísimo y duro Roy Keane, de Patsy O'Hara, de Gerry Adams. Pensaron que jugaban para olvidarse de la era de Maggie, cuando les metían el dedo en el culo todos los días, pensaron que jugaban para reivindicar a los seis de Birminghan, pensaron que podían, en un partido, cobrar las pensiones impagas de los irlandeses que ayudaron a levantar a EEUU después de la crisis (sobre todos a los de la Railway Co. y a los del NYPD). Los irlandeses juegan como escolares, como si estuvieran jugándose la vida, son todos funcionales a un esquema de juego que no ha variado en 150 años. Cuatro atrás, cuatro al medio, un media punra siempre malo pa la pelota, y un delantero aguja (excepto esa mítica Irlanda de los '90 con Cascarino y Aldridge en la delantera, que metían todas las pelotas que les llegaban). Una copia barata del fútbol británico y la mítica técnica del Kick and Run. Sin nadie que maneje la pelota, sin nadie que la baje. Si en esa zona eres bueno la pelota y te pasan la 10, eres un ídolo, pero pronto la fama te come y te deja ahogado en el alcohol. Si no pregúntenle a Paul Merson o a Paul Gascoigne (el caso de Gerrard se exceptúa, pues parece jugador de barrio, aunque vaya jugador de barrio, aunque sin exquisita técnica para mi -mmmm... claro, a excecpión de sus tiros a distanci). Una estrategia sencilla, ahora con el Trapo en la banca, despupés de haber pasado por puros Markarián en la banca (incluso el mismísimo Staunton pasó por la banca irlandesa, el prototipo de defensa irlandés). En fin, la cosa es que los irlandeses son malos, pero dan la vida en la cancha. Es igual que William Wallace, aunque este era escocés. Es que vivir con unos huevones que te jodan todo el día te hace generar ese carácter. Pero bueno, la cosa es que quedaron fuera por culpa de un tipo que siempre anduvo pontificando por el mundo, que siempre ha condenado la utilización de cualquier medio para lograr un fin, quedaron fuera por culpa de alguien que yo creía era uno de los más honorables del fútbol mundial.

Queda poco por comentar, sólo la tristeza de un pueblo entero en la que me incluyo. Mis ancestros llegaron de Monaghan, una tierra baldía, con mucho pantano. Cuentan que mi tatarabuelo llegó a Valparaíso y se casó con una peruana. Llegó por una condena del ejército irlandés, pues se había emborrachado una noche y lo habían pillado con otra mujer. Vino a pagar sus culpas al culo del mundo, como deben asumirse las responsabilidades en la edad de la razón. Dudo que Henry pueda volver a dormir tranquilo, aunque al menos se demoró veinte minutos en pedirle pedón a Richard Dunne después del partido (y no como Diego, que se demoró 20 años en pedirle perdón a Peter Shilton). Es difícil relatar esto, pero cuando suene el pitazo inicial en Sudáfrica, habrá una herida abierta, el aullido del cuervo que resuena en la mente de Oliver Cromwell hasta el día de hoy, el llanto de todos los muertos en manos de tropas británicas, y el sollozo de un Shay Given y un Robbie Keane compartiendo la vigésimonovena Guinnes en un bar de Dublin, mientras los borrachos de al frente cantan la tradicional "Galway Bay".

A esta altura me da lo mismo Tití y toda su onda media fleta. A esta altura no tengo ganas de saborear un paté de hígado de la Provence. A esta altura tengo ganas de beber una guinness, mientras una gaita resuena a lo lejos, mientras veo a Schillachi irse sólo en demanda del arco en los cuartos de final de Italia '90, apunta y le yerra al balón. Se realiza el saque de meta, la agarra Cascarino, la mete de chilena, y llegan a la final contra Alemania, donde ganan a penales, tal como lo hicieron con Rumania en los octavos.

Un homenaje a ti Irlanda, pues Chile también jugará por ustedes. Ojalá nos toque con Francia en el grupo y podamos vengar la derrota.

Por un brazalete celta para la selección chilena.

p.d- la fotografía es de La Voz de Galicia. http://www.lavozdegalicia.es/deportes/2009/11/19/00031258633488744730607.htm

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